La epidemia de coronavirus COVID-19 sigue causando estragos entre el clero italiano, sobre todo en las diócesis del norte de Italia.
Según datos facilitados al periódico de la Conferencia Episcopal Italiana, Avvenire, la cifra asciende ya a más de 50 sacerdotes fallecidos por causa del coronavirus en 20 días. La mayoría de ellos son sacerdotes mayores de 70 años. Desde el viernes 20 de marzo han fallecido 10 sacerdotes.
De los sacerdotes fallecidos, 20 son de la Diócesis de Bérgamo, 6 de la Diócesis de Parma, 4 son de la Archidiócesis de Milán, 4 de la Diócesis de Cremona, 4 de la Diócesis de Lodi, 3 de la Diócesis de Pesaro.
De los sacerdotes fallecidos hasta el momento, el más joven es Sandro Brignone, de 45 años, de la diócesis de Salerno. En cambio, el más anciano es Mario Cavalleri, de 104 años, de la diócesis de Cremona, que dedicó su vida a los pobres y drogadictos.
En la diócesis de Piacenza dos de los tres sacerdotes fallecidos son hermanos gemelos. En Cremona, otro de los focos, falleció el sacerdote y periodista Vincenzo Rini, con 75 años.
El caso más conmovedor, sin duda, es el de Giuseppe Berardelli, sacerdote de 72 años, arcipreste de Casnigo (Bérgamo), que renunció al respirador que necesitaba y que su comunidad parroquial había comprado solo para él. Y lo hizo para que el respirador pudiera ir a otra persona a la que no conocía. El respirador fue a alguien más joven, pero enfermo como él.
Muchos de los sacerdotes fallecidos son capellanes de hospital. Casi todos las defunciones son de mayores y ancianos, correspondiendo con la incidencia en la población en general de esta pandemia, pero lo que destaca es que bastantes de los fallecidos estaban en activo a pesar de su edad.
De varias fuentes
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