El Papa Francisco y la trampa de Notre Dame
Ayer por la tarde, después de cenar con unos amigos sacerdotes, vimos por un canal de YouTube en diferido la ceremonia de reinauguración de Notre Dame, que por fin volvía al culto. Disfrutamos mucho viendo las imágenes de la impresionante catedral de París en todo su esplendor. Y viendo el desarrollo de los actos, yo agradecí en mi interior qué el Papa no fuera para esta ocasión.
La sala de prensa de la Santa Sede comunicó que quería que el protagonista fuera la propia Notre Dame, además de que parecía mejor que la liturgia fuera celebrada por el arzobispo de París, al ser la apertura de la catedral de la ciudad. Seguro que había otros motivos que se hubieran podido ofrecer a la opinión pública, como la creación de los nuevos cardenales o algún acto protocolario del domingo. También es cierto que Francisco tiene previsto viajar a Córcega en unos días, y sería excesivo que haga dos visitas oficiales a un país en dos semanas.