Las iniciativas que están tomando algunos obispos ingleses en torno al «Año de la Fe» me parecen geniales. Ya sé que para muchos se quedan cortas, que son pasos muy pequeños o de cosas sabidas, pero para quien no hace nada es mucho y para quien quiere «querer» más son buenos recordatorios.
Van desde la reinstauración de la obligación de abstinencia todos los viernes por parte de la Conferencia Episcopal a otras menores, como la del obispo de Lancaster promoviendo en su diócesis que al menos los miércoles de Cuaresma durante una hora «hubiese un cura dentro del confesionario» como el mejor preparativo.
Ahora es el obispo de Arundel y Brighton, Mons. Conry:
Me gustaría invitar a todos los católicos, especialmente durante el «Año de la fe», a que hagan una pausa el primer viernes de cada mes, un momento para oración de alabanza y acción de gracias a las 3 PM, si es posible, o tal vez cuando paran a almorzar.
No recomendaba una oración concreta, aunque a la vez que recordaba que es una antigua tradición, proponía «industrias humanas» para poder estar más atento como poner la alarma del móvil.
No sé por qué limitarlo a los primeros viernes y no a todos, o proponer que se rece el «Angelus», o ayudar a concretar con prácticas concretas como la «Coronilla de la Divina Misericordia», que precisamente se reza a las 3, hora de muerte del Señor. Es una práctica estupenda pararse esos momentos en los que la imposible siesta amenaza: «Te adoramos, ¡oh Cristo!, y te bendecimos, porque por tu santa Cruz redimiste al mundo».
Quizá no sea más que las recomendaciones generales han de ser muy cuidadosas con los «distintos caminos» de la gente. No sé por qué hay tantos respetos humanos entre los pastores para recordar esas cosas tan sencillas. No sé, yo veo lo más natural del mundo decirle a mi hijo con el que me he quedado charlando por la noche: «dale un beso a mamá antes de acostarte», aunque sé que [casi] nunca se olvida.
De lo que no cabe duda es que no le falta valor al obispo inglés, que desgraciadamente no es una virtud muy extendida en parte del episcopado. La recomendación se realiza la misma semana que los abogados del gobierno británico han acudido al Tribunal de Derechos Humanos para defender el derecho de los empleadores a prohibir el uso de símbolos públicos de fe, como podría ser un crucifijo en el lugar de trabajo.
En esos momentos de tribulación, que todos los católicos de la diócesis eleven su corazón al Señor, en medio de sus quehaceres, no deja de sobrecogerme, aunque el detalle parezca pequeño.
Fuente: Infocatolica