Para la Iglesia católica, ejercer en México el sacerdocio y condenar "los graves problemas" económicos, políticos y sociales del país implica "graves riesgos", debido a que dos de cada 10 religiosos reciben intimidación directa de grupos anticatólicos, políticos, intelectuales, policiales o del crimen organizado, "que a veces se consuma en homicidios".
En el reporte Neopersecución de los sacerdotes en México, Pastoral de Comunicación de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) detalla 15 asesinatos de religiosos cometidos desde 1993 a la fecha, y considera que México, después de Colombia, es el país más peligroso para ejercer el sacerdocio en América Latina.
Se trata, acusa, de "neopersecución de sacerdotes" y una campaña de "odio permanente", por grupos "progresistas" y la "nefanda propaganda" promovida en "algún foro universitario" o medios de comunicación e Internet; éstas, refiere, emprenden sus campañas "negativas" de las acusaciones de pederastia y pornografía infantil, entre otros, que han tenido que enfrentar ante la ley una parte de sus integrantes, incluso algunos de sus más altos jerarcas, como el cardenal Norberto Rivera Carrera.
En el trabajo publicado en dos partes en su Centro Católico Multimedial (CCM), la Iglesia considera que el ministerio sacerdotal se ha convertido en una labor de riesgo en algunas provincias eclesiásticas del país, destacando las ubicadas en las regiones de la sierra Caliente, Guerrero; los Altos de Chiapas; la mixe de Oaxaca; municipios de Michoacán; la región tepehuana, y El Mezquital de Durango.
Así como las capitales de Coahuila, Aguascalientes, Jalisco e Hidalgo, la región conurbada del estado de México y el Distrito Federal; la zona fronteriza de Chihuahua; el área que comprende de los Mochis hasta Mazatlán, Sinaloa; la ciudad de Xalapa y el puerto de Veracruz.
Según su análisis y con información de la Agencia Fides, de la Congregación Vaticana para la Evangelización de los Pueblos, luego de Colombia, México es la nación del continente "más peligrosa para ejercer el sacerdocio", lo cual "se confirma" con los asesinatos de 15 religiosos en los pasados 16 años. Se trató de ejecuciones, asegura, perpetradas "bajo una demoniaca perversidad" contra un cardenal, 11 sacerdotes y tres religiosos.
Refiere que el modus vivendi para el ministerio sacerdotal tiene lugar “bajo un ambiente hostil, lleno de críticas acerbas, que se valen de ‘querellas ya superadas’ y argumentos bien estudiados para intimidar, perseguir o coartar la libertad de presbíteros”.
Fuente: Diario La Jornada, México 20 de agosto de 2009