En la reunión se reflexiónó sobre los acontecimientos en los que se han visto involucrados religiosos en el mundo, como el popular Alberto Cutié, fotografiado recientemente con una mujer Miami.
El evento, presidido por el arzobispo Jorge Enrique Jiménez, terminó con una declaración para hacer entender a la opinión pública que, si bien algunos integrantes de la Iglesia han demostrado una conducta incoherente con sus compromisos, no quiere decir que todos sus ministros son lo mismo.
En su comunicado, la comunidad asegura que fue "una rica experiencia de reflexión y oración" y que reconoce y lamenta "con profunda tristeza los signos evidentes de infidelidad al sacerdocio, a la Iglesia y a Jesucristo", por parte de algunos sus ministros.
Sin embargo, advierte que no acepta que "injustamente se juzgue a todos por la conducta de unos cuantos". Y agrega que es ilógico que quienes no participan en la Iglesia tengan fundamentos para juzgar su vida.
"Refutamos la opinión, a menudo difundida, según la cual el celibato sacerdotal en la Iglesia Católica es simplemente una institución impuesta por la ley a todos los que reciben el Sacramento del Orden. Ciertamente no es así. Todo cristiano que recibe el Sacramento del Orden acepta el celibato con plena conciencia y libertad, después de una preparación de años, de profunda reflexión y de asidua oración", dicen los religiosos.
Piden "respeto a nuestra opción y compromiso", en referencia al celibato del que afirman que la decisión de aceptarlo la toman tras haberse convencido de que "Cristo le concede este don para el bien de la Iglesia y para el servicio a los demás, como exigencia a la cual estamos llamados".
Dicen que son conscientes de que "el celibato cristiano, sin dejar de reconocer que es una opción difícil y exigente, es respuesta libre del ser humano a un don generoso de Dios. No es una ley ni una imposición; es una opción libre motivada por la fe y el amor a Dios y a la humanidad".
Agregan que "la virginidad consagrada y el celibato en laicos, religiosas o sacerdotes, son un carisma, una vocación, una forma de vida en el seguimiento a Cristo y una entrega radical a la causa del evangelio".
Valoran la santidad de muchos sacerdotes, "que en los tiempos difíciles han sido siempre testimonio de la Palabra de Dios. Ellos han comprendido que la fidelidad es la fuerza que los anima y que ésta proviene siempre de la experiencia de Dios. Ellos han venido soportando el peso del día y del calor, sabiendo en quien han puesto su confianza".
Vicente Arcieri
Corresponsal de El Tiempo
Cartagena (Colombia)