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Beato José Puglisi, el azote de la Mafia siciliana

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El Beato Giuseppe Puglisi, llamado Padre Pino Puglisi, tiene su nombre unido a uno de los episodios más oscuros de la historia italiana: la Mafia siciliana, la Cosa nostra.

Nació en Brancaccio, un barrio periférico de Palermo, la capital de Sicilia, el 15 de septiembre de 1937. A los 16 años ingresó en el seminario de Palermo. Fue ordenado sacerdote el 2 de julio de 1960. Sus primeros años desarrolló su ministerio en diversas parroquias d la capital siciliano, hasta 1970, en que fue destinado a Godrano, un pequeño publo cercano a Palermo, que entonces estaba asolado por las peleas entre diversas familias de la mafia. En su labor como párroco intentó la reconciliación de los bandos.

Desde 1978 hasta 1990 volvió a Palermo con otros encargos pastorales. Pero en 1990 fue designado párroco de San Cayetano, en Brancaccio, su barrio, que estaba controlado por una familia de Cosa nostra, los Graviano. Ello sensibilizó al nuevo párroco, que dirigió su atención pastoral a los jóvenes sin recursos, intentado apartarles de la mafia, porque veían a los mafiosos como sus modelos de éxito en la vida. En sus homilías se dirigía explícitamente a los jefes de la mafia, acusándoles de los crímenes que veía en su barrio.

Recogía muchos jóvenes de la calle y les buscaba alojamiento en albergues de otros barrios. Para ellos fundó el “Centro Padre Nuestro”. "No tenemos que callar", decía don Pino a los parroquianos más timoratos. Pronto los capi mafiosos vieron en esta actividad un obstáculo, por lo que decidieron su muerte. Don Pino recibió varias amenazas de muerte. El párroco nunca habló de ello con nadie.

El 15 de septiembre de 1993, día de su 56º cumpleaños, a las 22,45, fue matado a la puerta de su casa.

La policía inició sus investigaciones. Por fin el 19 de junio de 1997 fue detenido en Palermo Salvatore Grigoli, acusado de di diversos homicidios, entre ellos el del Beato José Puglisi. Fue condenado a cadena perpetua. Después del juicio inició un camino de conversión. Él mismo contó las últimas palabras de don Pino antes de morir: con una sonrisa dijo “me lo esperaba”.

El 15 de septiembre de 1999 se iniciaba en Palermo su causa de beatificación. Esta fue aprobada el 28 de enero de 2012 por martirio in odium fidei. Fue beatificado en Palermo el 25 de mayo de 2013. Entre los mensajes que llegaron a la ceremonia de beatificación destaca el del presidente de la República, Giorgio Napolitano, en el que expresa su personal cercanía “a la figura de un sacerdote cuyo martirio constituye un gran testimonio de fe cristiana, de profunda generosidad y altísimo coraje civil”.

Sus restos se encuentran enterrados en la catedral de Palermo. Su memoria se celebra el 21 de octubre, aniversario de su bautismo.

Don Pino es un modelo de párroco que no gustaba a los capos mafiosos, que preferían el modelo tradicional del “cura de sacristía”. El Padre Puglisi eligió salir de la sacristía y vivir los problemas de la calle, los riesgos, las esperanzas de su gente. La iglesia de Padre Puglisi se hundía en la realidad del territorio y de sus necesidades.

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