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Hay evidente anticatolicismo en los medios de comunicación, según un ex-alcalde judío de Nueva York

el . Publicado en Noticias de 2010

El ex alcalde judío de Nueva York, Estados Unidos, afirma que los “ataques continuos” de los medios de comunicación a la Iglesia y a Benedicto XVI se han convertido en “manifestaciones de anticatolicismo”.

Edward “Ed” Koch, que también fue congresista de 1969 a 1977, lo afirma en un blog publicado online el jueves por el diario The Jerusalem Post. “La sucesión de artículos sobre los mismos eventos, en mi opinión, no tiene ya la intención de informar sino simplemente de castigar”, asevera Koch.

 

Reconoce que el abuso sexual a niños es “horrendo” señalando que este es un punto de acuerdo entre los “católicos, la misma Iglesia, así como los no católicos y los medios de comunicación”. Sobre este punto, el político y comentarista político afirma que el Papa ha proclamado abiertamente su execración del delito y compasión por las víctimas.

Sacerdote católico en Nueva YorkKoch señala que “muchos de quienes en los medios están arremetiendo contra la Iglesia y el Papa hoy, claramente lo hacen con deleite, y algunos con malicia”.

Y añade: “La razón, creo, de las constantes arremetidas es que hay muchos en los medios, y algunos católicos también como muchos del público, que se oponen y están encolerizados con la postura que la Iglesia mantiene, incluyendo la oposición a todos los abortos, la oposición a los matrimonios del mismo sexo, el mantener la norma del celibato para los sacerdotes, la exclusión de las mujeres del clero, la oposición a las medidas de control de natalidad, incluyendo los preservativos y la prescripción de drogas, y la oposición al divorcio civil”.

“Mi buen amigo, el cardenal John O'Connor, una vez dijo: ‘La Iglesia no es un bufet libre, en el que se puede coger y elegir lo que te gusta’”. “La Iglesia tiene el derecho de pedir el cumplimiento de todas sus obligaciones religiosas por parte de sus fieles, y por supuesto el derecho a defender sus creencias en general”.

Koch aclara que personalmente no está de acuerdo con la postura católica en estos temas, pero añade que la Iglesia “tiene derecho a mantener estos puntos de vista de acuerdo con sus creencias religiosas”. Afirma: “Los judíos ortodoxos, al igual que la Iglesia Católica, pueden exigir absoluta obediencia a las normas religiosas. Quienes declinan adherirse a ellas son libres de irse”.

Koch expresa su convicción de que “la Iglesia Católica es una fuerza positiva en el mundo, no un mal”. Así mismo, afirma que “la existencia de mil ciento treinta millones de católicos en el mundo es importante para la paz y la prosperidad del planeta”.

“Por supuesto, los medios de comunicación deberían informar al público sobre los nuevos sucesos relativos al abuso infantil –afirma Koch-, pero su objetividad y credibilidad sufren cuando el New York Times declina publicar una página de opinión ofrecida por el arzobispo de Nueva York Timothy Dolan, sobre el tema del anticatolicismo, y ofrece a cambio publicar una carta al editor, que es mucho más breve y menos destacada”.

Asegura: “Estoy alarmado porque, según el Times del 6 de abril, ‘la pasada semana el periódico de centro izquierda La Repubblica escribió sin atribución que ciertos círculos católicos creen que las críticas a la Iglesia proceden de un lobby judío de Nueva York”.

Koch aclara que si estos “ciertos círculos católicos se estaban refiriendo al Times, se debería declarar que el editor, Arthur Sulzberger, Jr., no es judío sino más bien episcopaliano, y su director ejecutivo, Bill Keller, es también cristiano”.

“Basta ya”, dice Koch.

Y añade: “Sí, actos terribles han sido cometidos por miembros del clero católico”. “La Iglesia ha pagado cientos de millones a las víctimas en Estados Unidos y pagará millones, quizá cientos de millones, más a otras víctimas similares en el mundo”.

“Está tratando desesperadamente de enmendar su pasado con su reconocimiento y cambio en los procedimientos para tratar a los sacerdotes pedófilos”.

Koch concluye citando las palabras de Jesús, recordadas en Juan 8,7: “Quien esté libre de pecado entre vosotros, que tire la primera piedra”.